¿Merece la pena trabajar exclusivamente bajo criterios de calidad, o no?

¡¡Bienvenida a Bienvenido a mi Blog!!

quality-500953_640

Una de mis labores domésticas es la colocación de la vajilla en el lavavajillas, algo que en mis primeros años de matrimonio desesperaba a mi mujer por el excesivo, según ella, tiempo que invertía en esta actividad porque, pensando en el ahorro de agua y energía, no doy por terminada la tarea hasta que todo queda colocado a mi gusto; a esto, también se sumó, según ella, «mi obsesión» por colocar cada producto en el lugar adecuado del frigorífico pensando en el conveniente ahorro de energía y para colmo, en otras cosas, hacer la lista de la compra, otra de mis tareas, pensando en el conveniente ahorro de tiempo, confeccionándola con un orden establecido en función de cómo está situado cada producto en los supermercados a los que voy a hacerla, concretamente tres: uno para la fruta, otro para marcas blancas y un tercero para marcas de mi gusto.

Eso sí, no tengo un horario fijo para cada una de esas actividades, ya que las tengo con coordinar con todas las otras a las que tengo que hacer frente cada día y que en la mayoría de los casos, aunque planificadas, se suelen alterar con facilidad por motivos que están fuera de mi control, así es que, por ejemplo, para el lavavajillas, nunca cierro la puerta hasta que lo lleno y lo pongo en marcha porque si veo algo de vajilla sucia cada vez que paso por el fregadero, inmediatamente la meto en el lavavajillas invirtiendo poco tiempo en ello e impidiendo que se me acumule esa tarea con otra que, probablemente, surgirá fuera de mi control.

Pues esta mañana, concretamente a las 05:00H, que es cuando me levanto para estudiar, he visto que había una taza de té y una cucharilla, que junto con la que yo he ensuciado de café y de forma totalmente automatizada, he metido en el lavavajillas y no sé porque, me ha recordado aquellas conversaciones que mantenía con mi mujer cuando intentaba explicarle el porqué de aquellos gestos que ella, preocupada, consideraba que quizás estaban provocadas por algún tipo de patología, algo así como un TOC leve.

Necesite de algún tiempo para convencerla de que todos aquellos gestos no tenían nada que ver con ninguna patología, la cosa es mucho más simple, solo se tratan de gestos que buscan la excelencia en:

1º) Hacer un uso del tiempo, nuestro mayor patrimonio, de forma adecuada, ya que todo el que aproveche en cualquier momento me será de mucha utilidad para aquellas situaciones inesperadas que seguro me van a surgir:

  • Meter la vajilla en cualquier momento en el lavavajillas impide acumulación de tareas, malos olores y una adecuada colocación.
  • Meter la comida en el frigo con una adecuada colocación facilita su recogida y comprobación, permitiendo ahorrar tiempo en la confección de la lista de la compra y la elaboración del menú semanal, que a su vez, permite un mejor gestión de la economía familiar.
  • Hacer la compra con un orden establecido según el diseño, previamente memorizado, de los supermercados a los que voy, implica un ahorro de tiempo enorme, haz la prueba y verás.

2º) Una inversión adecuada y paciente del tiempo en el manejo de nuestros recursos nos van a proporcionar:

  • Mayor durabilidad de los electrodomésticos.
  • Menor gasto energético con el consiguiente ahorro de dinero y respeto hacia el medio ambiente.
  • Mejor trato y por lo tanto, menor riesgo de rotura de la vajilla a la hora de sacarla del lavavajillas y mejor conservación de los alimentos en el frigorífico.

Esto que hago en casa es, para mí, un ejemplo de excelencia, que por definición y también para mí, es: «actividad que para que sea disfrutada plenamente se debe ejecutar teniendo en cuenta el cómo, el cuanto y, sobre todo, sus efectos futuros».

Estoy plenamente convencido de que con un estilo de vida así todo es mucho más pleno, ya que los riesgos de alteraciones imprevistas se reducen infinitamente, pero…

¿Y en el mundo laboral, merece la pena actuar así?

  • Si tenemos en cuenta que en los criterios de selección de personal priman los perfiles sobre las actitudes, está claro que no.
  • Si tenemos en cuenta que la valoración y promoción de l@s profesionales no suele ser justa, está claro que no.
  • Si tenemos en cuenta que a la mayoría de las empresas solo les preocupa el estado de sus cuentas y que cuando un ERE, o similar, entra en acción, de nada sirve lo hecho si estás marcado con él, está claro que no.
  • Pero, si eres capaz de soportar la sensación de tont@ que se te queda cuando tras años de dedicación eres tratad@ como un número, te recomiendo que nunca dejes de actuar de otra manera, en ello va tu salud mental.

“De aquellos barros estos lodos”: la mediocridad rige los designios de la política y de la economía y para muestra solo hay que echarle un vistazo a los noticiarios diarios.

¿O es que esta crisis y situación laboral por la que estamos pasando millones de familias, no es la consecuencia de tomar decisiones sin tener en cuenta el cómo, el cuanto y, sobre todo, sus efectos futuros?

Pero insisto, me da igual, que no te contagien, se trata de tu salud mental.

Saludos y se feliz.

8 comentarios en “¿Merece la pena trabajar exclusivamente bajo criterios de calidad, o no?

    • ¡jajaja, que bueno Mónica!! Si vieses la cara que ponen cuando en clase, tras una cata de aceite o vino, me pongo a colocar las copas en el lavavajillas ¡alucinan! Saludos y gracias.

  1. Gracias Gustavo por darme cuenta que no soy el único bicho raro en este mundo que intenta ser metódico y organizado
    Gracias Gustavo porque me has devuelto la confianza en mi mismo
    Gracias Gustavo porque mis hijos se darán cuenta de que su padre les ha enseñado cosas que en los libros no se encuentran
    Gracias Gustavo, simplemente gracias !!

    • ¡¡jajaja, de nada Elias!! No, no eres el único, así es que dile a tus hijos que pueden dormir tranquilos, que somos gente guay aunque algunas veces no seamos comprendidos como nos merecemos ¡¡Un abrazo!!

Replica a Elías Cancelar la respuesta